¿Por qué esta charla?:
Tengo la sensación de que el movimiento Ágil está alejándose poco a poco de su rumbo inicial, que básicamente se centraba en desarrollar software que funciona, adaptándose a los cambios, todo ello de forma empírica, midiendo. Esta sensación la tengo por varios motivos.
Si hacemos un poco de memoria recordaremos que el grupo de personas que firma el manifiesto Ágil, además de poseer una enorme voluntad de colaborar y una necesidad aún mayor de explicarse, contaba con algo mucho más valioso: sus años de experiencia. Dedicaron mucho tiempo a refinar sus procesos, colocándoles estos a la vanguardia del sector. Tengo la sensacián de que últimamente no se le está dando importancia a la experiencia, ya no se pregunta por ella y ni mucho menos se exige, parece que solo importa la cantidad de horas invertidas en hablar o escribir sobre tal o cual tema o el número de eventos en los que se ha participado. ¿Nos estamos convirtiendo en simples teóricos? ¿somos monologuistas de lo ágil?
La comunidad ágil es una comunidad joven, que crece con fuerza pero que tiene que encontrar su propio camino. Parece que en la deriva que vamos tomando como grupo eludimos centrarnos en estudiar y atacar problemas de base que existen, que son muchos y que son tan comunes que suelen detectarse en el día a día, mediante observación y trabajo. Por contra, presentamos propuestas que poco o nada tienen que ver con nuestra propia experiencia, basadas únicamente en libros leídos, artículos o cursos a los que hemos asistido. Poco basado en experiencias personales. Leemos la palabra, la interpretamos y la difundimos, pero nunca (o pocas veces) la practicamos o la ponemos en duda. Siempre estamos a la búsqueda de un nuevo sabor que añadir a nuestro catálogo, porque los sabores normales nos comienzan a parecer vulgares. Las charlas que hablan de lo básico se quedan, en todo caso, en las famosas charlas introductorias, nada nuevo bajo el sol.
Por poner un ejemplo más concreto y volviendo al volumen considerable que está adquiriendo la comunidad, resulta cada vez más habitual asistir a Coding Dojos donde la mayoría de las parejas no siguen correctamente el ciclo básico de TDD durante la resolución de la kata. Esto es debido principalmente a que es muy habitual encontrarse parejas formadas por personas que no han practicado antes con alguien que tuviera algo de experiencia. Obviamente, no se trata de un problema de cantidad de miembros con experiencia, sino que la facilitación no es todo lo correcta que debiera. Lo mismo ocurre cuando el enunciado que se propone no está lo suficientemente bien definido como para no complicar más, si cabe, el ya de por si complicado ejercicio de practicar TDD, dando por buenos aquellos encontrados en una página web cuyo título lo forme alguna de las palabras mágicas como TDD, kata o kung-fu.
En cuanto a la gente que nos lanzamos, por el motivo que sea, a realizar una implementación ágil a un tercero y no tenemos la experiencia o pericia suficientes, nada nos impide acometer semejante tarea sin tan siquiera preguntarnos si estamos preparados. ¿Somos conscientes de las consecuencias que se pueden derivar? La forma en que intentamos solucionar el problema es a veces peor que el propio problema, por lo que finalmente lo que dejamos tras nuestros pasos es solo tierra quemada. ¿Estamos valorando correctamente los riesgos cuando aceptamos este tipo de encargos?
Es evidente que hay que dedicar tiempo a formarse, leer libros y acudir a eventos, ¡claro que si! Hay que ser audaz y arriesgarse, pero tenemos que equilibrar nuestro conocimiento teórico con experiencia. No hay que dejar a un lado la propia experiencia, aunque el entorno sea desfavorable. ¡Debemos perseverar y buscar un entorno amigo que nos permita practicar el cambio! Fomentar el intercambio, no solo de enlaces a buenos artículos, sino de nuestros éxitos y sobre todo de nuestros fracasos.
Es por esto que quiero dedicar mi charla a hablaros de lo que he estado haciendo estos dos últimos años. No hablará del último libro que he leído o del último podcast que he escuchado o los bares que recorrimos en el último evento en el que participé. Me limitaré a hablar del plan que trazamos para desarrollar un proyecto ágil, de como lo vendimos y de como las cosas no acabaron saliendo tal y como las habíamos planeado.
Espero que os guste.